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lunes, 22 de septiembre de 2014

A veces

A veces me gustaría vivir en los 70, por eso de la buena música. Bandas duras con un sonido aterrador capaces de llenar estadios de fútbol casi sin promocionarse. Aquella música que tiene solos mágicos de guitarra a una sola mano que son capaces de atraer al mismo diablo. Bajistas que golpean el bajo como si estuvieran rompiendo las mismísimas cadenas que ataban a el Jorobado de Notre Dame. Un batería que sudaba y sudaba pero que no se detenía, rompía baquetas y hacía vibrar el maldito escenario. Música que tenía espectáculo.

Recuerdo que hablando con un tío mío me contó la experiencia de ver a los Pink Floyd. Por su rostro pude ver que él lo recordaba como el primer día. Más o menos sus palabras fueron: “un sonido que salía del suelo, unos flashes que rompían el espacio oscuro, una locura para la fecha de entonces, pura tecnología nunca antes vista”, y él, orgulloso, me enseñaba la entrada que aún tiene guardada junto con otras tantas de otros grandes.

Me podéis atacar con el rollo de siempre. Que son gente mala, gente que ha acabado muy mal, etc, etc. Pero era gente que no se vendía, gente que amaba, gente que transmitía  y gente que sobretodo, emocionaba. Solo los perros viejos que han quedado son capaces de llenar estadios completos, como es el caso de Bruce Springsteen por ejemplo.

A veces me pregunto: ¿pero qué es eso de tomar el café descafeinado? ¿Cerveza sin alcohol? Chocolate 0 % en grasas. Tanto congelado. Alimentos vegetales clonados.  Se ha perdido la emoción de hacer el amor y nos hemos acomodado a follar sacos de carne sin hueso. Alomejor puede que se esté alargando la esperanza de vida, pero visto lo visto no merece la pena. No me quiero imaginar a mis predecesores viviendo cerca de los 100 años o sobrepasándolos, con todo lo que tenemos ahora mismo encima (una crisis de la hostia dirigida por gentes mentirosas, deshonradas, avariciosas y codiciosas, gentes falsas…) Están diciendo que la cosa va a mejorar, pero como son tantas veces ya las que he oído eso, tiemblo. Y soportar esto con cerveza 0,0%, tela.

A veces me canso de tanto cáncer, de todos los tipos y por toda la geografía. Tanto VIH. Tantas epidemias controladas y descontroladas. ¿A qué se debe? ¿Somos tan inútiles de avanzar en cuanto a condición de vida y luego resulta que nos olvidamos de solucionar estos problemas? ¿O es que no le interesa a cierta gente, porque tal vez, y sólo tal vez, puedan llenarse los bolsillos con tantas muertes inocentes?  Vuelvo a temblar.

A veces me agobian tantas leyes. ¿Para que tantas si hoy en día no se cumplen? ¿Tal vez están hechas para no cumplirse? Ah no, eso es solo para los políticos. ¡Ouch! Perdón, este tema se me ha colado en este texto. ¿O tal vez no? Mm… ¡Ah! No, es que hoy en día no queda nadie con las narices de hundir a toda esta gentuza, y si alguien se lo propone lo machacan, y entonces para él, las leyes más duras. Siempre me pregunto, ¿para cuando gobiernos sin imbéciles?

A veces me vuelvo loco y me entran ganas de hacer algo absurdo y potencialmente temerario, y otras tantas veces la cordura junto con la elocuencia me atan y me controlan.  A veces  puedo saltar y no se por qué, o encerrarme y hundirme en la oscuridad y seguir sin saber por qué. ¿Pero que contraste es ese? La cabeza no soporta semejante paliza. Por eso es que a veces o casi siempre necesitamos de amor y amistad junto con una estabilidad no agobiadora. La balanza equilibrada. Tan malo puede ser que la balanza baje de la izquierda, o de la derecha, que seas un loco, o alguien sin sangre ni “chispa”.

A veces creo que este mundo no nos corresponde. Nos da mucho y nosotros le ofrecemos muy poco. Poquito a poco nos estamos cargando la vida que nos sustenta. Pero hay personas, por las que a veces  pienso que vale la pena vivir, personas insignificantes con sueldos míseros y subvenciones pésimas que están día y noche trabajando para arreglar las barbaries que otros cometen (calentamiento global, contaminación, enfermedades psiquiátricas, pobreza…) Y se quedan tan agusto. ¿Tendrán corazón?

A veces pienso en el amor. A veces no, siempre. Creo que es la fuerza que une y ata. Que condena. Que siembra caos y amaina tempestades. Una fuerza que es capaz de hacer cosas increíbles y que tan poco aprovechamos.

A veces tengo miedo, y joder que mal se pasa. Pero siempre sé que es una lección de la que podré sacar provecho. Miedo a avanzar y equivocarme, porque sólo a veces pedimos perdón de corazón y eso nos hace más pequeños.

A veces puede convertirse en siempre y a la vez en nada. El significado de a veces es tan, aleatorio. ¿Qué pasa si a veces sí y si a veces no? 

@desoalvi





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